Durante años, todos los domingos mis hermanos y yo hemos ido
a comer a casa de mis padres, pero desde hace 4 o 5 años vienen todos a mi
casa. Dejamos de ir cuando mi padre nos dijo que mamá ya no estaba “para esos
jaleos”. Nos comentaba que se liaba mucho en la cocina, llegaba a confundir el
azúcar y la sal, olvidaba comida al fuego, acumulaba comida en mal estado, etc.
Además estaba muy rara, se enfadaba con gran facilidad, e incluso llegaba a
decirle a mi padre que le engañaba con alguna vecina.
Le dijimos a mi padre que la llevase a su doctora del
ambulatorio para comentárselo. Esta les dijo que era probablemente demencia
senil, y que con su edad era normal.
Yo no entiendo de estas cosas, pero mi madre tiene 80 años, no
recuerda el nombre de mis hijos, nos confunde a mi hermano Paco y a mí, e incluso
a papá ha llegado a confundirlo con mi abuelo fallecido.
Pasa mucho tiempo adormilada por el día, pero por la noche
es una fiesta. Mi padre está agotado, no le deja descansar. Hace unos días
incluso se cayó de la cama.
Al final decidí llevarla a un especialista, así que acompañé
a ambos al neurólogo. Este le hizo unas pruebas, primero unas preguntas, y le
pidió una analítica y un TAC. Cuando fuimos a ver los resultados, nos dijo que
era muy probable que tuviese ALZHEIMER. ¡El mundo se derrumbó ante mis pies!.....
Todos hemos oído
hablar del Alzheimer en particular y de las demencias en general, pero lo vemos
un poco lejos, realmente no conocemos el drama tan grande al que puede llevar a
una familia. Es por lo que se define al Alzheimer como “una enfermedad que
golpea el cerebro del enfermo y el corazón de la familia”.
En primer lugar
tenemos poca información sobre sus síntomas, sobre su evolución, sobre su
tratamiento…. Por todo ello, mi intención en este post es hacer un breve
resumen de la enfermedad y sus consecuencias. Si alguien desea más información,
puede ponerse en contacto conmigo y estaré encantada de poder profundizar un
poco más en algún tema en concreto.
Para comenzar,
me gustaría clarificar el término DEMENCIA. La demencia es definida por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), en la Clasificación Internacional de
las enfermedades. Décima Edición (CIE_10, 1992), “como un síndrome debido a una enfermedad del cerebro, generalmente de
naturaleza crónica o progresiva, en la que hay déficits de múltiples funciones
corticales superiores… que repercuten en la actividad cotidiana del enfermo”.
Decir síndrome, significa que no es una
enfermedad propia, sino un cúmulo de síntomas que la definen como tal. Y en
consecuencia, son varias las enfermedades que pueden provocar demencia. Entre ellas
está la Enfermedad de Alzheimer (EA), pero también hay otras, como las enfermedades
vasculares, enfermedades infecciosas (sida, sífilis, encefalitis, etc.),
lesiones por traumatismos en la cabeza, un tumor cerebral, enfermedades
neurológicas como el Parkinson, la enfermedad de Hungtinton, hidrocefalia, trastornos psiquiátricos,
tóxicos, metabólicos, etc.
Todas las demencias provocan el deterioro
de las funciones corticales superiores en el enfermo, como son la memoria, el
entendimiento, el juicio, el habla, el cálculo, el pensamiento, la orientación,
etc. Todas estas funciones no se deterioran de forma uniforme, ni de forma
continua y progresiva, esto dependerá de qué enfermedad provoque la demencia, del
propio individuo, etc.
Dado que la Enfermedad de Alzheimer (EA) es
la más frecuente, es la que más llega a nuestros oídos. La EA Es una enfermedad
irreversible, que de forma insidiosa va mermando las capacidades intelectuales
de los enfermos.
Uno de los primeros síntomas que observamos
en un enfermo de Alzheimer es el trastorno de la memoria: ¿dónde he dejado las
llaves, ¿tú quien eres?... y el trastorno de la conducta (alteración del sueño,
en el carácter, celos, alteraciones en la higiene, depresión,…).
Es muy importante realizar un diagnóstico diferencial
de la enfermedad, ya que existen circunstancias que pueden confundir, por
ejemplo el olvido senil benigno, enfermedades reversibles como infecciones,
incluso la depresión.
No existe ninguna prueba o test que permita
hacer un diagnóstico definitivo de la EA. El diagnóstico de la EA es clínico,
por lo que la anamnesis y el examen neurológico y neuropsicológico constituyen
la mejor herramienta diagnóstica.
Los 10 signos de alarma de la enfermedad de
Alzheimer:
(Alzheimer Association)
-
Pérdida de memoria que afecta a la capacidad laboral
-
Dificultad para llevar a cabo tareas familiares
-
Problemas con el lenguaje
-
Desorientación en tiempo y en lugar
-
Juicio pobre o disminuido
-
Problemas con el pensamiento abstracto
-
Cosas colocadas en lugares erróneos
-
Cambios en el humor o en el comportamiento
-
Cambios en la personalidad
-
Pérdida de iniciativa
En cuanto al tratamiento, este debe ir
dirigido a actuar sobre los síntomas cognitivos y conductuales. Para ello es
necesario el tratamiento farmacológico (fármacos que van a intentar retrasar el
deterioro, recuperar funciones perdidas o al menos mantenerlas, y mejorar la
calidad de vida) y el no farmacológico (rehabilitación cognitiva).
El enfermo va pasar por varias fases, cada
una va a necesitar una atención diferente, por lo que nosotros, como familiares, vamos a tener que
estar preparados, informados y siempre contar con la ayuda de profesionales
especializados que nos ayudarán tanto a nivel personal como profesional. Sería interesante
comenzar a ver qué ayudas sociales podemos optar, los temas legales, conocer
algún centro de día especializado, familiares o cuidadores con los que podemos
contar. En este caso, las asociaciones de familiares de enfermos de alzheimer nos
van a resultar muy útiles, ya que nos van a poder informar acerca de todos
estos temas.
Por otra parte, si deseáis ampliar información
acerca de la enfermedad, os aconsejo que echéis un vistazo a esta página: http://www.hipocampo.org/alzheimer.asp
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